jueves, julio 13, 2006

El caso del secuestro del chaleco de Columbia

Sé que te preguntarás por qué, a estas alturas de la semana, no has podido leer la crónica de este domingo. Entiendo que estés impaciente, yo también lo estoy por publicarla, pero hemos sufrido un desgarrador percance que nos ha tenido a todo Dramakuin sobrecogidos durante varios días.

Todo empezó el mismo domingo, tras finalizar el show. Un fin de fiesta glorioso, grandioso, emocionante y desternillante. Todo parecía ir mejor que nunca… pero nuestras vidas se truncaron, cuando en el backstage descubrimos que no estábamos todos… nuestro amadísimo chaleco lentejuelil de Columbia no nos acompañaba. De repente, éramos 8 personas, unidas en un único corazón, rastreando cada rincón de la sala Boite, haciendo preguntas sin respuesta, buscando en cada centímetro sin recompensa…
Todo esfuerzo fue en vano.

Deshechos por la ausencia, haciéndonos miles, millones de preguntas, marchamos de allí compungidos, cabizbajos, cuestionándonos qué era lo que habíamos hecho mal, en qué habíamos podido fallar, ¿por qué nos había abandonado?

Tengo que gritar a los 4 vientos que luchamos hasta el final, no nos dimos por vencidos, peinamos el lugar hasta sentirnos ridículos por insistir en un imposible… él ya no estaba allí.
Hemos sufrido estos días tan amargos haciéndonos compañía, intentando tragar nuestro propio dolor para consolar al otro, manteniendo la calma, unos más capaces que otros, todo hay que decirlo.

Había que sustituir a nuestro chaleco por uno nuevo, diferente, desconocido… así que me puse a ello. Empecé por cortar de nuevo los patrones, en un papel empapado por las lágrimas que caían a cada golpe de tijera…

Pero ayer miércoles ocurrió lo inesperado. Habíamos barajado toda posibilidad excepto ésa. Una buena o mala noticia, según se mire… Recibimos un mensaje sin asunto por correo electrónico, de parte de unos individuos que se identificaban como “Snaps! Los chasquidos del guante de látex”. En otra ocasión me hubiera hasta divertido, pero la impaciencia por saber qué querían de nosotros impidió que me corriese la sangre por las venas durante unos minutos. Adjunto al mail nos enviaban este vídeo y el siguiente mensaje:




“Sabemos lo que el chaleco de Columbia significa para vosotros, actorzuchos de 3 al cuarto. Por eso está en nuestro poder. Os habéis adelantado montando el Rocky en Madrid antes que nosotros, que somos más fans de Frank-N-Furter que nadie en el mundo. Habéis truncado nuestras carreras y nuestras ilusiones. Y lo vais a tener que pagar caro, muy caro, carísimo!!!
Cuánto estáis dispuestos a sacrificar por recuperar esta pieza indispensable en vuestro lamentable show? Cuánto os importa poder seguir haciendo el espectáculo con todo vuestro vestuario barato? Buscáis el chaleco, pero el chaleco cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar, con…….”


No me siento capaz de transcribir el resto del mensaje, no quiero herir la sensibilidad de ninguno de nuestros fans.
Sólo puedo decir que pagamos todo lo que nos pidieron, no quiero ni recordar las humillaciones a las que nos sometieron, sé que nos quedará una imborrable secuela, no podemos comer, sufrimos pesadillas, tics y manías persecutorias desde entonces pero… a Rocky Horror pongo por testigo de que jamás volveremos a perder nuestro chaleco!
El chaleco de Columbia está de nuevo entre nosotros. Sano y salvo. Feliz y más brillante que nunca. Oh, baby!!!

Quiero dar las gracias desde aquí a todas aquellas personas que, de una manera u otra, nos han ofrecido su apoyo, comprensión, dinero y tiritas. Gracias.

El domingo que viene volveremos a estar todos. Más unidos, con más fuerza. Aunque intenten destruirnos… NO NOS MOVERÁN.

The Rocky Horror Picture Show ha venido a Madrid para…. QUEDARSE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!